Durante tres años me he dedicado al proyecto de entrenar a Iñigo Castiñeyra en técnicas de alpinismo en pared de roca, para conseguir que las siete amputaciones de las manos, no sean un inconveniente para intentar una cima de ochomil metros, por fin lo ha conseguido el 16 de mayo del 2019, con la cima del Lhotse.
Estoy muy contento del reto, y ahora ya es el momento de volver a mis escaladas en solitario que es dónde yo disfruto.
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