Dr. Álvarez Chanca examinó la pierna
del indio, y aunque Guacanagarix decía
“que le dolía mucho”, el galeno dicta-
minó pericialmente que el cacique “no
tenía más mal en aquella que en la otra”,
lo que dejaba claro su falsedad y que éste
era, con muy probable seguridad, tam-
bién culpable de la masacre efectuada.
A pesar de ello, Colón no actuó,
según refiere el Dr. Chanca, fingiendo
aceptar la versión del cacique. Éste pare-
ce ser que desde ese momento fue amigable con los españoles y obsequió a Colón un arca
llena de oro. También tuvo el galeno que hacer un nuevo diagnóstico, en este caso de la
lesión de un indio que “respiraba” a través de una herida en la espalda.
Después de estos hechos, Colón decidió fundar en la isla una ciudad.
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