La flota del segundo viaje de Colón al Nuevo Mundo constaría de tres galeones,
catorce carabelas y alrededor de quizás alrededor de unos mil doscientos tripulantes, entre
hidalgos, soldados, religiosos, marinos, artesanos y aventureros. Las naos iban bien
provistas de víveres, pertrechos, armas, mercaderías, semillas y animales, especialmente
bestias de labor. Todo ello permite pensar que iban con la intención de quedarse e iniciar
la explotación de las tierras descubiertas. Y la incorporación del doctor Diego Álvarez
Chanca, considerado un gran profesional, a la tripulación de dicha flota, que partiría de
Cádiz, el 25 de septiembre de 1493, se haría, como se deduce por lo expuesto, dentro de
sus servicios a la Corona como tal Médico de Cámara. De todas formas, parece ser que
su sueldo, aunque se rebajó notablemente al embarcarse, se vio aumentado, sobre ese
inicialmente establecido, al conseguir de Colón que lo ascendiera a 50.000 maravedís
anuales.
Según referencias en algunas crónicas y recogido por algún autor, parecía ser
“jovial y sensato”, y su buen carácter y humor elevaban, en las ocasiones en que la
animación iba decayendo en la tripulación, el ánimo de los más afectados, aparte de contar
con la amistad y consideración de Colón, con el que más tarde tendría tensiones; y
practicaba con total “dedicación y caridad” su profesión, en los casos en que se precisaba.
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